2 sept 2019

GRACIAS


En 1990, un joven licenciado en Derecho acudió a la sede de la calle Serrano para inscribirse en el Colegio de Abogados de Madrid. En 1992 abrí mi primer despacho y… hasta hoy, día en que se cierra esa aventura profesional. 

Mañana, martes 3 de septiembre de 2019, seré alumno de la Escuela Judicial y se abre una nueva etapa. A seguir trabajando y a seguir aprendiendo cada día, pero ahora desde otra responsabilidad.

Termina el período de ejercicio a la abogacía, a la que -con ocasión de las bodas de plata- califiqué como una “profesión exigente pero apasionante, ingrata pero hermosa”. 

Me voy con los pies llenos de barro. Con las manos limpias. Con errores y con aciertos, pero con una saldo moral y profesional de “deber cumplido”. 

Y me voy, sobre todo, con gratitud. A mi familia y amigos: gracias por estar siempre. A quienes formaron equipo de trabajo conmigo: gracias por vuestra implicación… y por soportarme. A los jueces, los demás funcionarios, los colaboradores, los compañeros… a todos con quienes me he ido encontrando en el camino de la profesión: gracias por tanto como aprendí de vosotros. Y a mis clientes de todos estos años: ha sido un honor defenderos. 

Como diría Dante, íncipit vita nova.